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El 7 de septiembre, el Arzobispo Gómez celebró la Misa de apertura del nuevo año académico en la Escuela Secundaria Mayfield del Santo Niño Jesús, en Pasadena. El texto que viene a continuación es una adaptación de su homilía.

Esta mañana ocurrió algo especial en Roma.

El Santo Padre León XIV celebró la Misa, justo como nosotros. Pero en esa Misa declaró “santos” a dos jóvenes que vivieron no hace mucho tiempo. Así que ahora contamos ya con los nuevos santos Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati.

San Pier Giorgio Frassati tiene una maravillosa conexión con nosotros aquí en Los Ángeles. Él realizó un milagro para uno de nuestros seminaristas.

El seminarista le rezó al santo y por su intercesión fue sanado de una grave herida. Ese seminarista es ya sacerdote y se encuentra actualmente en Roma para presenciar la santificación de San Frassati.

San Frassati fue un joven común y corriente, amante de la naturaleza. Fue alpinista, ciclista y nadador.

Y los santos son así: gente común y corriente. Que comete errores y no siempre hace lo que debería, al igual que nosotros.

Lo que distingue a los santos es que, en lo más profundo de su corazón, desean ser buenos amigos de Jesús.

Un santo es alguien que ama mucho a Jesús y que quiere ser su buen amigo; un santo es una persona que quiere vivir, pensar y actuar como Jesús en todo lo que hace.

Es una idea maravillosa, ¿verdad? ¿Acaso no nos gustaría a todos ser amigos de Jesús?

La buena noticia es que eso es lo que Jesús quiere de ustedes; es lo que quiere de todos nosotros.

La Biblia nos dice que incluso antes de crear el mundo, Dios ya nos amaba, ya conocía nuestro nombre y tenía un plan para nuestras vidas. Su deseo es que todos seamos santos. Para eso envió a Jesús al mundo, para mostrarnos el camino.

Eso siempre me maravilla. Dios creó todo: la luna, las estrellas, el sol; todos los animales y los océanos, los ríos y las montañas.

Y además de todo eso, me creó a mí también. Y me creó porque quiso que yo existiera, porque me amaba y quería que yo formara parte de su creación.

Eso se aplica también a todos ustedes. ¡Y también a sus padres! Cada uno de ustedes está aquí porque Jesús los ama y quiso que nacieran.

Y Él quiere que sean santos, quiere que lleven una vida maravillosa y que hagan cosas magníficas para Él.

Acabamos de escuchar que Jesús nos dice hoy en el Evangelio: “Síganme”. Lo cual implica: Síganme, vayan tras de mis huellas. Escuchen mis palabras, hagan lo que ven que yo hago, traten a los demás como yo lo hice.

Ése es el secreto de la vida. Así es como encontramos la felicidad: caminando con Jesús, amando a los demás como Él lo hizo.

San Pier Giorgio Frassati decía: “No hay nada más hermoso que el amor”. ¿Y no es así acaso? Nosotros nos sentimos bien cuando somos amados y cuando podemos mostrarle nuestro amor a alguien.

Lo mejor que podemos aprender es a amar. Y cuando lo hacemos, estamos ya en buen camino para llegar a ser santos.

Cuando San Carlo Acutis tenía la edad de ustedes, le encantaba practicar deportes y videojuegos con sus amigos; le gustaba el fútbol y trabajar con las computadoras.

Era un niño común y corriente, pero Jesús ocupaba un lugar especial en su corazón. Así que, desde que él tenía la edad de ustedes, asistía a misa todos los días para estar cerca de Jesús.

San Carlo solía decir: “Estar siempre cerca de Jesús es el plan de mi vida”; ¡y es también un buen plan de vida para todos, ¿no creen?

Así que, al empezar este nuevo año escolar, podemos pedir eso en nuestra oración. Pidámosle a Jesús que nos ayude a permanecer siempre cerca de él.

Y tratemos de orar más este año. Jesús siempre nos está esperando en nuestros corazones. Ustedes pueden hablar con Él como con un amigo.

Háganle preguntas, cuéntenle cómo se sienten, díganle si están tristes o felices, preocupados o emocionados. A veces pueden simplemente permanecer en silencio con Él; y si están atentos a su voz, pueden oírlo hablar dentro de su corazón.

Así vivieron nuestros nuevos santos: como buenos amigos de Jesús. Y así es como Jesús quiere vivir con cada uno de ustedes. ¡Él quiere ser su mejor amigo y nunca los abandonará!

Encomendamos todas estas hermosas intenciones a la Santísima Virgen María, madre de Jesús y madre de todos nosotros.

Que ella nos ayude a permanecer siempre cerca de su Hijo y a llegar a la santidad a la cual estamos llamados. Amén.

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Arzobispo José H. Gomez

El Reverendo José H. Gomez es el arzobispo de Los Angeles, la comunidad católica más grande del país. También se desempeña como Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.

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