El Papa León XIV expresó su profunda tristeza por el ataque del 17 de julio contra la Iglesia Católica de la Sagrada Familia en Gaza, que dejó dos muertos y varios heridos, entre ellos el párroco, el padre Gabriele Romanelli.
En un telegrama firmado por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, el pontífice aseguró su “cercanía espiritual” con el sacerdote y toda la comunidad parroquial. Encomendó las almas de los fallecidos a la misericordia de Dios y oró por la pronta recuperación de los heridos.
El Papa encomendó “las almas de los difuntos a la misericordia amorosa de Dios todopoderoso” y expresó sus oraciones por el consuelo de los que lloran y por la pronta recuperación de los heridos. Además, “renueva su llamado a un alto el fuego inmediato y expresa su profunda esperanza en el diálogo, la reconciliación y una paz duradera en la región”.
La organización Caritas Jerusalén confirmó que las víctimas mortales fueron el conserje de la parroquia, de 60 años, y una mujer de 84 que recibía apoyo psicosocial en una tienda de Caritas dentro del recinto eclesial. El padre Romanelli sufrió una herida leve en la pierna. El complejo parroquial estaba dando refugio a cristianos y musulmanes, incluidos varios niños con discapacidades, según Fadel Naem, director interino del Hospital Al-Ahli, que recibió a las víctimas.
El padre Romanelli, el único párroco católico romano de la Franja de Gaza, se hizo conocido, entre otras cosas, por su cerca amistad con el Papa Francisco, quien aun durante su convalecencia en el hospital este año, antes de fallecer, lo llamaba regularmente para expresarle su cercanía y la de toda la Iglesia.
La iglesia, que según el Patriarcado greco-ortodoxo albergaba a 600 desplazados y 54 personas con discapacidad, sufrió importantes daños. Tanto la iglesia como el hospital cercano han sido alcanzados repetidamente durante más de una semana, indicaron las autoridades religiosas locales.
El Patriarcado calificó el ataque como “una grave violación de la dignidad humana, la santidad de la vida y la inviolabilidad de los lugares religiosos, que deberían ser refugios seguros en tiempos de guerra”.
El ejército israelí reconoció estar al tanto de los daños causados y aseguró que está investigando el incidente. Afirmó que “realiza todos los esfuerzos posibles para mitigar daños a civiles y estructuras civiles, incluidos sitios religiosos, y lamenta cualquier daño causado”. Israel sostiene que militantes de Hamas operan desde zonas civiles.
En un gesto poco habitual, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel publicó una disculpa en redes sociales: “Israel expresa su profundo pesar por los daños a la Iglesia de la Sagrada Familia en la ciudad de Gaza y por cualquier víctima civil”.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, culpó a Israel por el ataque: “Los ataques a la población civil que Israel ha venido demostrando desde hace meses son inaceptables. Ninguna acción militar puede justificar tal actitud”, dijo.