Read in English

Paul Collins, uno de los nuevos sacerdotes ordenados el 31 de mayo, durante una entrevista en video el 8 de abril. (Isabel Cacho)

El 31 de mayo, el arzobispo José H. Gomez ordenará a ocho nuevos sacerdotes para la Arquidiócesis de Los Ángeles en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles.

En los días previos a su ordenación, los estaremos presentando.

Edad: 32
Ciudad natal: Santa Paula
Parroquia de origen: St. Sebastian Church, Santa Paula
Asignación parroquial: St. Mary of the Assumption Church, Whittier

Paul Collins solo quería ayudar con las ratas en Haití.

Tenía unos 5 años cuando un sacerdote habló en su parroquia —St. Sebastian Church en Santa Paula— sobre un problema con ratas en Haití. Sea cual haya sido la historia, dejó huella en Collins, lo suficiente como para que creciera pensando que quería ser misionero, quizá sacerdote.

“Ciertamente, la idea de servir a Dios y a personas en dificultad siempre estuvo presente”, dijo Collins, el segundo de ocho hijos.

El 31 de mayo, esa idea se hará realidad con su ordenación sacerdotal. Pero el camino hasta aquí no fue nada directo.

Sí llegó a ser misionero. Tras un par de años en la universidad, se fue “a las altas montañas del Perú” para discernir su vocación sacerdotal. Pasó varios años allí antes de regresar a casa, aún sin tener claro qué le deparaba el futuro.

Regresó a la universidad y obtuvo un título en psicología. Después de tantos años fuera, pensó que sería feliz de volver a Estados Unidos. Pero pronto se sintió desilusionado.

“Fue una época difícil al regresar”, confesó Collins. “La gente habla del ‘choque cultural inverso’ y cosas así. Pero con el tiempo me di cuenta de que lo que pasaba era que había estado haciendo algo realmente importante y significativo en Perú, y luego regresé e intenté conseguir un trabajo, comprar un teléfono e ir a juegos de los Dodgers, y fue muy decepcionante.”

Con los años, comprendió que el llamado al sacerdocio seguía siendo fuerte. Pero esta vez, quería servir a un grupo muy particular: los militares.

“En todos lados hay personas con muchas cargas que quieren hablar con un sacerdote o con Dios”, explicó Collins. “Pero creo que hay una mayor concentración de esa necesidad en una población como la militar, donde hay mucho estrés y sufrimiento, incluso en tiempos de paz. No digamos si vamos a la guerra y hay muerte y destrucción. En esos ambientes, hay una gran necesidad de Dios.”

Después de terminar sus estudios en 2016, ingresó al Seminario St. John en 2017.

Tras más de una década de experiencias y discernimiento, solo le tomó unos días en el seminario confirmar que estaba en el lugar correcto.

“Para el segundo día en St. John’s, ya me sentía como en casa”, contó Collins. “Me sentía en paz. Había tenido una gran inquietud desde que regresé de Perú en 2014, y esa inquietud desapareció rápidamente. Al comenzar en St. John’s, realmente sentí que estaba donde debía estar.”

Al estar co-patrocinado por la Arquidiócesis de Los Ángeles y la Arquidiócesis Militar de Estados Unidos, planea servir en Los Ángeles unos años antes de convertirse en capellán naval. Según Collins, la Marina es la rama militar con mayor necesidad de capellanes. El arzobispo Timothy Broglio, presidente de la USCCB y responsable de la arquidiócesis militar, incluso asistió a su ordenación diaconal en 2024.

Ya sea en una parroquia o en un barco en medio del océano, Collins espera llevar consuelo a quienes sufren.

“Lo más importante es hacerle saber a las personas que, si están sufriendo, yo estaré con ellas”, afirmó Collins. “Y claro, es importante tratar de ayudar, de ofrecer soluciones, de sanar.

“Pero antes que nada, quiero que sepan que, si están en problemas y nadie les presta atención, nadie los escucha, yo estaré ahí, simplemente escuchando y acompañándolos.”

author avatar
Mike Cisneros