CIUDAD DEL VATICANO -- Jesús, quien redimió a la humanidad entregando su vida en la cruz, muestra que no es la fuerza lo que salva al mundo, sino la "debilidad" del amor sin límites, dijo el predicador papal a miles de personas reunidas para la Liturgia de la Pasión del Señor, entre ellas el Vicepresidente de los Estados Unidos JD Vance.
El mundo actual, "marcado por el mito del rendimiento y seducido por el ídolo del individualismo, se esfuerza por reconocer los momentos de derrota o pasividad como posibles lugares de plenitud", dijo el padre Capuchino Roberto Pasolini, predicador de la casa pontificia, en su homilía del 18 de abril en la Basílica de San Pedro.
El servicio del Viernes Santo, que conmemora la pasión y muerte de Cristo en la cruz, fue presidido por el cardenal Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales. Pero, siguiendo la tradición, la homilía corrió a cargo del predicador de la casa pontificia.
El Papa Francisco, quien no estuvo presente en el servicio, había pedido a diferentes cardenales que dirigieran los diferentes eventos litúrgicos durante la Semana Santa y la Pascua, ya que continúa recuperándose de una neumonía doble y una larga hospitalización.
Vance, quien se convirtió al catolicismo en 2019, asistió a la liturgia con su esposa, Usha, quien es hindú practicante, y sus tres hijos después de reunirse con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, a primera hora del día. Se encontraba en Roma para mantener conversaciones privadas con funcionarios italianos y vaticanos; tenía previsto reunirse con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano, el 19 de abril.
En un post en X el 18 de abril antes de la liturgia, el vicepresidente dijo: "Estoy agradecido cada día por este trabajo, pero particularmente hoy en que mis deberes oficiales me han traído a Roma en Viernes Santo."
"He tenido un gran encuentro con la Primera Ministra Meloni y su equipo, y pronto iré a la iglesia con mi familia en esta hermosa ciudad. Deseo a todos los cristianos del mundo, pero en particular a los de mi país, que tengan un Viernes Santo lleno de bendiciones. Él murió para que nosotros pudiéramos vivir", escribió Vance.
En su homilía, el padre Pasolini dijo que Jesús, clavado en la cruz y despojado de todo, "elige darnos enteramente su vida y su Espíritu. No es una entrega pasiva, sino un acto de suprema libertad, aceptando la debilidad como el lugar donde el amor puede hacerse pleno".
"No es la autonomía ni las grandes hazañas lo que da sentido a la vida, sino la capacidad de transformar las limitaciones en una oportunidad para dar". Con este gesto, Jesús nos revela que no es la fuerza la que salva al mundo, sino la debilidad del amor que no retiene nada y se entrega", afirmó.
El sacerdote explicó la importancia de contemplar y venerar la cruz durante la liturgia como una oportunidad para renovar la confianza "en el camino que Dios eligió para salvar al mundo" y en reconocer que la cruz es "la única dirección posible de nuestras vidas".
"Sabemos bien que nuestras fuerzas no serán suficientes para realizar este camino, pero el Espíritu Santo, que ya ha llenado nuestros corazones de dulce esperanza, vendrá en ayuda de nuestra debilidad para recordarnos lo más importante: así como hemos sido amados, así podremos amar... a los amigos e incluso a los enemigos", dijo.
"Cuando el dolor, el cansancio, la soledad o el miedo nos dejan descubiertos, todos tenemos la tentación de cerrarnos, de endurecernos, de fingir autosuficiencia", afirmó. Sin embargo, es en esos momentos cuando se hace posible el amor más verdadero, cuando uno no se impone, sino que se deja ayudar".
"Pedir lo que necesitamos, y permitir que los demás nos lo ofrezcan, es quizá una de las formas más elevadas y humildes del amor", dijo el padre Pasolini.
"Para hacerlo, sólo necesitamos abandonar todo orgullo, pero también toda ilusión de que podemos salvarnos con nuestras propias fuerzas. Y reconocer que no podemos y, sobre todo, que no queremos vivir solos", afirmó.