JERUSALÉN -- En un año lleno de una "turbulencia de odio y violencia", que el cardenal Pierbattista Pizzaballa describió como "terrible, horrible", ha sido muy importante mantener "viva" la "vida espiritual de la comunidad cristiana", así como la suya propia, expresó el patriarca.

"Seguir aferrado a mis raíces espirituales fue muy importante", manifestó el patriarca latino de Jerusalén a OSV News en una entrevista antes del aniversario del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra las comunidades del sur de Israel, que dejó 1.200 personas asesinadas y 250 secuestradas en la Franja de Gaza.

En represalia, Israel llevó a cabo una operación militar en Gaza, que se ha convertido en una devastadora guerra entre Israel y Hamás, que, hasta la fecha, ha causado la muerte de más de 41.000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, incluyendo miembros de la milicia de Hamás.

Aunque en cierta medida las personas se acostumbran a vivir en una situación de guerra, el cardenal Pizzaballa afirmó que la guerra ha tenido un "impacto terrible", tanto en la población israelí como en la palestina.

Lo que falta es un liderazgo político con una estrategia clara de salida, agregó.

"Se necesita alguien que políticamente diga: detengamos esto ahora", aseguró.

El cardenal señaló que, en casi todas las oraciones del Ángelus de los domingos, el Papa Francisco continúa pidiendo un alto el fuego y la liberación de los rehenes que permanecen en Gaza.

"Son rehenes de esta interminable negociación", añadió el cardenal Pizzaballa.

El Papa Francisco oró por la liberación de los rehenes el 6 de octubre después de su oración del Ángelus, pidiendo un alto el fuego inmediato.

El Papa señaló que, desde el 7 de octubre de 2023, el Medio Oriente "se ha sumido en un sufrimiento cada vez más grave, con acciones militares destructivas que continúan golpeando a la población palestina", la mayoría de ellos "civiles inocentes", añadió.

"Pido un alto el fuego inmediato en todos los frentes, incluido el Líbano. Recemos por los libaneses, especialmente por los habitantes del sur, obligados a dejar sus pueblos", agregó el Papa.

Al buscar un alto el fuego, es importante no confundir la paz con la victoria, expresó el cardenal Pizzaballa a OSV News.

"Un alto al fuego debe asociarse a la idea de que necesitamos encontrar algún tipo de acuerdo con el otro, y no simplemente destruir al otro. No necesariamente tiene que ser alcanzar la paz. La paz puede llegar más tarde, con el tiempo. Pero ahora, al menos, tenemos que detener la violencia, la violencia física, porque la violencia nunca es una solución", agregó. "Nadie quiere una escalada, pero nadie es capaz de detener la escalada".

El patriarca latino de Jerusalén convocó a un día de ayuno, oración, y penitencia para su diócesis el 7 de octubre, con oraciones que tuvieron lugar en la co-catedral del patriarcado latino.

El Papa Francisco se unió al patriarca el día anterior y dirigió el rezo del rosario por la paz el 6 de octubre en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma.

El limosnero papal, el cardenal Konrad Krajewski, prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, pidió a los miembros del Sínodo en Roma que dieran limosna después de su sesión sinodal el 7 de octubre, ya que la limosna "debe hacernos sufrir, debe dolernos, porque renunciamos a lo que nos pertenece para darlo a nuestro prójimo que lo necesita o que incluso está a punto de morir", aseguró a OSV News.

Todos los fondos recaudados en una "gran, enorme" canasta frente al salón del sínodo serán enviados al padre Gabriel Romanelli, párroco de la Iglesia de la Sagrada Familia en la Ciudad de Gaza, "a quien el Papa llama todos los días", añadió el cardenal Krajewski.

En su entrevista con OSV News, el cardenal Pizzaballa advirtió que sería incorrecto tener un enfoque "mágico" hacia la oración.

"El papel de la oración no es resolver los problemas de la vida. Hay que resolverlos según lo que sea necesario desde otro punto de vista o perspectiva. El papel de la oración está en la relación con Dios, que cambia nuestro corazón", manifestó, señalando que él también siente la necesidad de penitencia y purificación en su corazón.

"Este año, mi corazón no estuvo exento de la tentación al desanimo, el odio, la ira. Al fin y al cabo, somos seres humanos. Por eso necesitamos oración, penitencia, para ser capaces de ver esta realidad desde una perspectiva espiritual, desde la perspectiva del Evangelio, no solo desde una perspectiva humana", expresó a OSV News.

Las personas están más apegadas a su fe en este tiempo tan dramático, comentó, y junto con los sacerdotes parroquiales, trata de estar presente con visitas pastorales a los feligreses en sus diócesis.

"La solidaridad y la unidad son importantes", afirmó.

Los sentimientos de odio, ira, y dolor entre las personas continúan siendo intensos tanto entre palestinos como entre israelíes, "con más violencia, más destrucción, más víctimas", añadió. Con un sentimiento de "pesimismo en ambas sociedades, no hay espacio para el otro en sus corazones", agregó, "y no hay tiempo para el diálogo".

El cardenal enfatizó que "el diálogo significa que estás listo para escuchar al otro, y en tu corazón hay espacio para el otro. Ahora el corazón de todos está tan lleno de odio", señaló. "Todos están tan llenos de dolor que no hay espacio para el otro. Hay que esperar. Al menos hasta que la violencia, la violencia física y militar de la guerra, termine".

Es necesario aplicar el lenguaje correcto en el discurso para ayudar a encontrar las palabras adecuadas para el diálogo, manifestó.

"Necesitamos palabras también para nuestro corazón, para la reflexión. Creo que siempre usamos las mismas palabras: paz, esperanza, odio, desesperanza, y así sucesivamente. Pero necesitamos aportar nuevo contenido", añadió el cardenal Pizzaballa.

Los combates se extendieron al Líbano a finales de septiembre, donde Hezbolá, un aliado cercano de Hamás, respaldado por Irán, ha estado lanzando misiles contra Israel desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre, con unos 60.000 residentes israelíes del norte evacuados de sus hogares.

Más de un millón de personas han sido afectadas por los ataques israelíes en el Líbano, el 90% de ellas han huido de sus hogares en solo una semana, mientras que 2.000 han muerto y 10.000 han resultado heridas, según Cáritas.

El cardenal Pizzaballa señaló que el apoyo de la comunidad internacional no debería consistir en repetir las divisiones ya presentes entre palestinos e israelíes.

"Necesitamos que nos apoyen para ayudarnos a entender que todos, palestinos e israelíes, permaneceremos aquí y tenemos que encontrar una manera creativa de vivir aquí. Así que la comunidad internacional debería apoyarnos en esto", afirmó sobre la comunidad cristiana en Tierra Santa.

El patriarca manifestó que la situación en Gaza ha sido "catastrófica" durante el último año para casi la mitad de la comunidad, que ha estado refugiada en dos complejos parroquiales cristianos en la Ciudad de Gaza, habiendo abandonado Gaza o fallecido, algunos en ataques de francotiradores. Ahora quedan unos 600 cristianos en Gaza.

El patriarcado ha seguido esforzándose por brindar apoyo a la comunidad en forma de suministros humanitarios, enfatizó el cardenal. Aunque no están directamente involucrados en la guerra, los cristianos en la zona de Belén, al igual que todos los palestinos en Cisjordania, se han visto afectados económicamente como resultado, ya que el turismo y las peregrinaciones se han detenido y los palestinos que antes trabajaban en Israel están prohibidos de volver al país.

En Cisjordania, el patriarcado continúa implementando su programa de creación de empleo, apoyando financieramente a las familias cuando es posible y proporcionando becas a los estudiantes, explicó el cardenal Pizzaballa a OSV News.

El patriarca concluyó que, aunque ha visto la debilidad de las instituciones políticas y religiosas de ambos lados a la luz de la guerra, también se ha sentido fortalecido por el deseo de las personas de hacer algo para ayudar con solidaridad y cercanía.

"Se ve una red (de ayudantes) que antes no era tan visible", afirmó.

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Judith Sudilovsky escribe para OSV News desde Jerusalén.