CIUDAD DEL VATICANO -- "La guerra es siempre una derrota", dijo el Papa Francisco, instando a la gente en su audiencia general a rezar para que los líderes de las naciones devastadas por la guerra tengan el coraje de negociar por la paz.

"Debemos hacer todos los esfuerzos para tratar, para negociar, para poner fin a la guerra. Recemos por ello", dijo el Papa al final de la audiencia en la Plaza de San Pedro el 20 de marzo.

Aunque comenzó la audiencia diciendo a los visitantes y peregrinos que aún no podía leer su discurso completo y que un ayudante lo leería por él, el Papa Francisco tomó el micrófono al final de la reunión para saludar a los oradores italianos y rezar por "los pueblos de la atormentada Ucrania y de Tierra Santa -- Palestina e Israel -- que tanto sufren el horror de la guerra".

Continuando con su serie de catequesis sobre virtudes y vicios, el texto del Papa dijo que las virtudes nunca han sido preocupación exclusiva de los cristianos, sino que "pertenecen al patrimonio de la sabiduría antigua".

El texto principal del Papa se centró en la virtud de la prudencia, que no es cautela ni vacilación, escribió.

"La persona prudente es creativa: razona, evalúa, trata de comprender la complejidad de la realidad. Y no se deja llevar por las emociones, la pereza, las presiones, las ilusiones", decía el texto.

Santo Tomás de Aquino, señaló el Papa, describió la prudencia como "recta razón en acción".

"En un mundo dominado por las apariencias, por los pensamientos superficiales, por la banalidad tanto del bien como del mal", escribió, las personas necesitan cultivar la virtud de la prudencia para orientar sus acciones hacia lo que es bueno para sí mismas y para los demás.

Si la vida fuera siempre fácil, decía el texto del Papa, la prudencia no sería necesaria, "pero en medio de los vientos y las olas de lo cotidiano, la cosa cambia: a menudo nos sentimos inseguros y no sabemos hacia dónde ir. Quien es prudente no elige al azar: ante todo, sabe lo que quiere; luego, pondera las situaciones, se deja aconsejar y, con amplitud de miras y libertad interior, elige qué camino tomar".

La prudencia es especialmente importante para las personas que gobiernan o están en otros puestos de autoridad, escribió, porque deben escuchar diferentes puntos de vista y "tratar de armonizarlos", trabajando por el bien de todos.

El Evangelio de Mateo dice que antes de que Jesús enviara a sus discípulos en misión, les dice que sean "prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas", escribió el Papa Francisco. El pasaje indica que "Dios no sólo quiere que seamos santos, sino que quiere que seamos santos inteligentes, porque sin prudencia ¡equivocarse de camino es cuestión de un momento!"