El Papa Francisco expresó su profunda preocupación por la situación en Nicaragua durante el primer Ángelus del año 2024, celebrado el 1 de enero. En los últimos días, el régimen de Daniel Ortega y su mujer, la vicepresidenta Rosario Murillo, secuestró a una docena de sacerdotes, incluidos un obispo y el vicario general de Managua.

En sus palabras, el Papa se refirió a los recientes arrestos de sacerdotes católicos en Nicaragua, y pidió oración y diálogo para superar las dificultades actuales: "Sigo con profunda preocupación lo que está sucediendo en Nicaragua, donde Obispos y sacerdotes han sido privados de su libertad. Expreso a ellos, a sus familias y a toda la Iglesia del país mi cercanía en la oración.”

Desde el 20 de diciembre, la Policía de Nicaragua ha arrestado a un obispo- Monseñor Isidro Mora, de Siuna, 13 sacerdotes y dos seminaristas, según han denunciado defensores de derechos humanos y dirigentes opositores en el exilio.

“A la oración insistente invito también a todos ustedes aquí presentes y a todo el Pueblo de Dios, mientras espero que se busque siempre el camino del diálogo para superar las dificultades”, dijo el Papa Francisco. “Recemos hoy por Nicaragua."

La detención de estos religiosos ha sido un tema de gran tensión entre el gobierno nicaragüense y la Iglesia Católica, marcada por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas con la Santa Sede.

La relación entre la Iglesia y el gobierno nicaragüense ha sido especialmente tensa desde las protestas de 2018, cuando Ortega acusó a los religiosos de apoyar a los opositores en lo que él consideró un intento de golpe de Estado. Esta tensión se ha exacerbado con las recientes detenciones de sacerdotes y la condena del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, a 26 años de cárcel por "traición a la patria".

El Cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, se refirió recién el domingo públicamente a los secuestros de sacerdotes que se intensificaron días antes de la Navidad.

"A las familias y comunidades que en este momento sienten la ausencia de sus sacerdotes o viven otra clase de penas quiero manifestarles mi cercanía. Es el momento de buscar juntos en la oración el consuelo de Dios y en la unidad eclesial nuestra fortaleza”, reza el comunicado del Cardenal Brenes.

En el breve texto, distribuido durante la misa del 31 de diciembre, el Cardenal Brenes dijo: “Pidamos al buen Dios la gracia de la sabiduría y que nuestras palabras y acciones den testimonio de aquella paciencia que todo lo alcanza y que la luz de Jesús nos ayude a todos a encontrar caminos de concordia y fraternidad”.

El prelado, que estuvo junto a su pueblo durante las protestas pacíficas del 2018 que dejaron más de 300 muertos a causa de la represión estatal, ha sido blanco de críticas en los últimos meses por su aparente silencio público ante la condena de Monseñor Álvarez, como ante el secuestro de Monseñor Mora. Sin embargo, muchos dicen que su silencio público busca evitar empeorar las cosas y que tras puertas cerradas negocia por la libertad de los obispos y sacerdotes.

Hacer referencia a los secuestros es, en sí, peligroso, con fuentes en Nicaragua reconociendo que “el gobierno quiere que nos olvidemos de Monseñor Álvarez, por eso manda a secuestrar a quienes pidan públicamente por él”.

La creciente represión contra la Iglesia en Nicaragua lleva más de 740 ataques contra la Iglesia desde 2018, y la expulsión, destierro o prohibición de entrada al país de 176 sacerdotes y religiosas, según investigaciones de la abogada Martha Molina, experta en temas de la Iglesia nicaragüense y exiliada en Estados Unidos. Desde la desaparición de

“Familiares de los sacerdotes secuestrados han acudido a la cárcel El Chipote que se especializa en tortura, tratos crueles e inhumanos. Llegan en búsqueda de los presbíteros. La orden que se dio a los guardias es no proporcionar información alguna y remitir a los familiares a otras estaciones policiales”, denunció Molina.

“A la mayoría de los sacerdotes se les llevaron sus computadoras y celulares. Ellos padecen enfermedades crónicas y no han aceptado a sus familiares las medicinas”, agregó en el post de X, conocida previamente como Twitter.

El pasado agosto Ortega ordenó la disolución en el país de la Compañía de Jesús, los jesuitas, orden a la que pertenece el propio papa Francisco, además de expropiar todo su patrimonio.

El 18 de octubre el Gobierno nicaragüense excarceló a 12 sacerdotes y los envió al Vaticano tras un acuerdo con la Santa Sede, aunque entre estos no estaba monseñor Rolando Álvarez, que se niega a abandonar el país.

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Angelus Staff